CIRUGÍA DE OREJAS
La otoplastia es la cirugía que suele emplearse para corregir la prominencia o despegamiento de las orejas, de forma que éstas se sitúen en una posición y tamaño más naturales con respecto a la cabeza.
Aunque el problema más común que afecta a las orejas es el despegamiento o prominencia, existen otros tipos de deformidades que también pueden ser corregidos mediante cirugía estética. Se puede reducir el tamaño de las orejas, cambiar la forma y tamaño de los lóbulos, corregir las orejas en copa o de sátiro. Incluso, se puede crear una oreja nueva cuando ésta no existe o ha desaparecido como consecuencia de accidentes.
¿Cuándo está indicada una otoplastia?
Siempre que el paciente se encuentre a disgusto con la forma, tamaño o disposición de sus orejas, y exista una verdadera anomalía, estaría indicada esta operación.
Debido a la trascendencia que estas anomalías tiene en los niños, se establece que éstos pueden ser operados desde los cuatro a seis años de edad (desde los cuatro a los seis años el desarrollo de las orejas es prácticamente completo) para evitar posibles traumas. Solamente en los recién nacidos es posible realizar un intento de corrección de orejas sin cirugía.
Consulta preoperatoria
Tan importante como la propia operación es la consulta preoperatoria. Si se trata de un niño estableceremos sus necesidades, carácter y grado de motivación. Si nos ganamos su confianza, la colaboración durante el tratamiento será mejor.
INFORMACIÓN DE INTERÉS
La operación se realiza normalmente bajo anestesia local y sedación (el paciente adormilado) y no necesita ingreso hospitalario.
Dura aproximadamente una hora u hora y media dependiendo de la deformidad presente y la técnica quirúrgica que se emplee. La técnica se comunica a los padres o paciente antes de la operación.
Normalmente la operación se realiza en las dos orejas, aunque sólo una sea la verdaderamente afectada, ya que se consigue mayor simetría y mejor resultado. Sólo en raras circunstancias se opera únicamente una de las dos orejas. En un caso prototipo de orejas prominentes se realiza una incisión en el surco que queda detrás de la oreja, se esculpe el cartílago que hay debajo de la piel para darle la forma que no tiene y, si fuera necesario, se dan unos puntos para mantener esta forma. La herida se cierra dejando una cicatriz justo en el pliegue que existe detrás.
Además de quedar oculta, esta cicatrización suele ser buena y pasar desapercibida con el paso de los meses. Cuando se trata de reducir el tamaño de la oreja la incisión queda en el pliegue del hélix. Desde aquí se calcula y se elimina el exceso de cartílago dando forma al nuevo borde superior de la oreja.
Después de la operación el paciente podrá abandonar el hospital si se encuentra en buenas condiciones. Durante unos días llevará un vendaje que proporciona protección y facilita el modelado de las orejas. Si la corrección ha sido mínima, es posible que no lleve vendaje. Durante los dos o tres primeros días puede haber molestias o dolor, habitualmente controlables con la medicación que se recomiende.
Pasada la primera semana se retirarán las suturas que sean extraíbles. En algunas ocasiones deberá llevar una cinta tipo tenista durante un tiempo variable.
Debe considerarse como normal que las orejas estén inflamadas y algo amoratadas. Siempre que no vayan a existir golpes accidentales, el niño puede volver a la escuela pasada la primera semana. Cualquier actividad que pueda «doblar» las orejas debe evitarse durante un mes o mes y medio. Debido a la naturaleza «asimétrica» que tiene nuestro cuerpo, es a la vez imposible y poco natural conseguir una simetría perfecta en las dos orejas. Piensa que el resultado que persigue esta operación es conseguir un aspecto natural en conjunto. Si entiendes este concepto valorarás mejor y disfrutarás mucho más el resultado final.
Una otoplastia es un procedimiento seguro y con porcentajes de éxito altos siempre que esté realizado por cirujanos especialistas que conozcan y dominen esta técnicas.
No obstante, como cualquier acto quirúrgico, una otoplastia no está exenta de potenciales complicaciones que, aunque raras, debes conocer.
Una infección o un hematoma pueden necesitar tratamiento quirúrgico adicional. Aunque infrecuente, la «memoria» con la que, de forma natural, se comporta cualquier cartílago, puede hacer que las orejas se separen de nuevo unos milímetros necesitando un pequeño retoque. La aparición de cicatrices anómalas tanto en la piel como alrededor del cartílago es sumamente infrecuente.