RINOPLASTIA
La Rinoplastia es el tipo de cirugía que tiene por objeto remodelar la forma de la nariz.
Este procedimiento de cirugía estética puede, entre otras cosas, aumentar o reducir el tamaño de la nariz, cambiar la forma de la punta o del puente, cambiar el tamaño de los orificios nasales, etc.
Una Rinoplastia puede también corregir problemas respiratorios, defectos de nacimiento o deformidades provocadas a accidentes.
Preparando la cirugía
Un procedimiento altamente individualizado
Existe una gran variabilidad entre las personas en cuanto a la forma de la cara, la estructura de la nariz, el tipo de piel, etc. Como consecuencia cada paciente tiene unas necesidades y por tanto un tipo de cirugía distinto. Es muy importante que sigas todas las instrucciones del cirujano y que le comentes cualquier duda en cuanto a una medicación, una enfermedad o un hábito (como fumar).
INFORMACIÓN DE INTERÉS
Una Rinoplastia se puede realizar con anestesia local y sedación o con anestesia general dependiendo de la técnica que haya que emplear. Independientemente de esto, generalmente se trata de un procedimiento ambulatorio.
Una Rinoplastia se basa principalmente en «esculpir» el armazón de hueso y cartílago que se encuentra bajo la piel de la nariz. Todo esto se realiza a través de incisiones que se encuentran en el interior de la nariz y que, por tanto, dejan cicatrices no visibles, lo que se conoce como técnica cerrada. Es posible que se necesite realizar una incisión en la piel que separa los orificios nasales (conocido como columela) es lo que se llama técnica abierta. Sólo en este caso y cuando es necesario estrechar las alas de la nariz pueden quedar cicatrices que, aunque visibles, suelen ser imperceptibles.
Cuando se termina la operación generalmente se coloca una escayola o férula de plástico en el dorso de la nariz y unos tapones dentro de los orificios nasales.
En el postoperatorio los analgésicos que se recomienden controlarán las molestias que puedan surgir. Durante las siguientes 24 horas es aconsejable estar en reposo para controlar mejor las molestias y evitar sangrados.
Notarás la aparición de moraduras e inflamación alrededor de los ojos. Esto es normal y puede aumentar en los días siguientes, pero no debes alarmarse. Los tapones de la nariz se retiran en un tiempo variable (generalmente en las primeras 24 horas), la escayola se retira de entre siete a diez días. En la mayoría de los casos el paciente puede realizar trabajos sedentarios después de 48 horas.
No deberás llevar gafas, realizar ejercicios violentos o sonarte la nariz en aproximadamente un mes. Evita el sol o los Rayos UVA por un periodo mínimo de tres meses. Aproximadamente de entre diez a catorce días habrán desaparecido las moraduras y gran parte de la inflamación y su aspecto será prácticamente normal. Considera como normal que el pequeño acúmulo de inflamación restante y casi imperceptible tarde varios meses en desaparecer. Cuando esto ocurre la punta de la nariz quedará completamente blanda y los perfiles perfectamente definidos.
Existe la posibilidad de complicaciones, que aunque raras y leves, pueden aparecer. Puede existir infección o sangrado mayor del habitual, puede existir una reacción anómala a la anestesia (1 de cada 6.000 a 12.000 casos) o pueden aparecer pequeñas venitas en la piel de la nariz que generalmente son transitorias. Gran parte de estos riesgos se pueden evitar siguiendo cuidadosamente los consejos que te dé el cirujano antes y después de la operación.
Como norma general las heridas estarán por dentro de la nariz y no serán visibles en ningún momento.
Aunque no se debe enumerar como complicación debes saber que aproximadamente uno de cada diez casos necesita un pequeño retoque posterior. Esta situación es impredecible en prácticamente todos los casos.