LIFTING
Un lifting o ritidectomía no frena el proceso de envejecimiento pero sí puede «retrasar el reloj» y mejorar esos signos de envejecimiento.
A medida que las personas envejecen, el efecto de la gravedad, de la exposición solar y del estrés diario producen en la cara determinados signos de envejecimiento. Los pliegues entre la boca y la nariz se acentúan, el borde mandibular pierde definición y se producen a cúmulos grasos alrededor del cuello y aumenta su flacidez.
Los mejores candidatos
para un Lifting
Los mejores candidatos para un lifting son aquellos hombres o mujeres en los que la piel ha empezado a descolgarse, pero ésta sigue manteniendo un buen grado de elasticidad. Un Lifting no tiene porqué rejuvenecer un determinado número de años, pero sí conseguir devolver un mejor aspecto y una apariencia más joven.
INFORMACIÓN DE INTERÉS
Un lifting puede ser realizado bajo anestesia local y sedación o bajo anestesia general. Dependiendo de la anestesia y de la extensión del Lifting es posible que necesites ingresar al menos un día o dos. En ocasiones se realiza de forma ambulatoria. Cada caso puede variar en cuanto a la colocación y extensión de las incisiones, las áreas de la cara que se quieran mejorar, el uso o no de técnicas complementarias (cirugía estética de párpados, aumento de pómulos, etc.) y la duración de la intervención.
Habitualmente la incisión comienza en la zona de las sienes (por dentro del pelo), se extiende dentro de las líneas naturales que existen delante de la oreja y continúa alrededor del lóbulo, detrás de la oreja y cuero cabelludo. Cuando el cuello necesita un tratamiento especial es necesario emplear una incisión justo debajo del mentón.
La intervención consiste básicamente en «tensar» las capas musculares y la piel, retirando el tejido sobrante. Una vez concluido, las heridas se cierran con puntos dejando unos pequeños tubos bajo la piel para que no se acumule ningún exudado o sangre. Finalmente se colocará un vendaje.
El postoperatorio no suele ser doloroso. Las molestias que generalmente aparecen suelen controlarse bien con analgésicos habituales. El vendaje y los tubos de drenaje normalmente se retiran en 24 a 48 horas. Es normal que sientas la piel de la cara algo «acorchada», esta sensación es transitoria y desaparece en unas cuantas semanas. Considera como normal que la cara esté inflamada y presente moraduras, este aspecto sólo durará entre 10 y 15 días si sigues nuestras indicaciones.
Es aconsejable que no trabajes y que evites los ejercicios o actividades violentas durante al menos las dos semanas siguientes a la operación. La piel de la cara necesitará cuidados específicos y no deberás exponerla al sol o a rayos UVA durante al menos tres meses. Aunque al principio puedas preocupación por el aspecto de la cara, piensa que la mayoría de los pacientes regresan a una vida normal (incluyendo su trabajo) en unas dos semanas.
En este periodo la inflamación se normaliza y desaparecen las moraduras. Las cicatrices tardan algunas semanas más en disimularse, pero finalmente se hacen prácticamente imperceptibles.
Un lifting «no para el reloj», pero proporciona un resultado duradero. Durante los años siguientes la cara seguirá bajo los efectos del envejecimiento y es probable que quieras repetir la intervención.
En un Lifting las complicaciones son infrecuentes, aunque las variaciones que pueden existir en la anatomía, la capacidad curativa y la reacción física de los pacientes hacen que el resultado final pueda ser impredecible.
Como complicaciones pueden aparecer hematomas, infección, reacciones anómalas a la anestesia o lesión de estructuras profundas de los nervios que controlan el movimiento de los músculos faciales.
El lifting, como otros procedimientos, debe ser individualizado para cada paciente. Dependiendo de las condiciones en las que se encuentre la piel y huesos faciales, se podrán conseguir determinados resultados. Es muy importante que avises a tu cirujano sobre cualquier medicamento que se estés tomando (especialmente aspirina o vitamina E) o sobre condiciones médicas específicas (como tener la tensión alta).
Si fumar, es muy aconsejable que reduzcas drásticamente o que incluso dejes de fumar. El tabaco contribuye a una mala cicatrización y circulación sanguínea, aumentando la posibilidad de complicaciones (como la pérdida de piel en los bordes de la herida). El resto de complicaciones, incluyendo las derivadas de la administración de anestésicos, son las comunes a la práctica de otras intervenciones quirúrgicas.